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Dónde nos leen

viernes, 19 de febrero de 2010

Así es ella


Al fin pasó todo el tormentoso remolino llamado “admisión”, con resultados favorables para este blogger (gracias a Dios). Mis dedos y cerebro libres y despejados van a la caza de una nueva entrada en este cajonzuelo virtual al que tengo un poco empolvado y desordenado. Tengo protagonista –la tengo-, también una idea de cómo construir este post, así que… empecemos.

Usualmente escribo de gente que me impresiona y esta vez no será la excepción. Es extraño porque conozco a esta persona hace mucho y poco tiempo a la vez. Da la casualidad que sé de ella hace tres años y recién en Octubre pasado –y a la fuerza- empezamos a hablarnos.

Escarbo en mis fotogramas y recuerdo haber llegado a una de esas empalagosas reuniones grupales de trabajo que nosotros solemos tener cada Jueves (o Miércoles de vez en cuando). Medio perplejo al ver tanta demostración de afecto entre unos y otros (cosa que me parece excesivamente tétrico), vi –a los lejos- a esta mujer con rostro de niña, la vi porque estaba justo al lado de la única chica con la que me hablaba, a la que saludé en el acto levantando el brazo y moviéndolo de un lado a otro, esperando una respuesta similar. Hice eso con el fin de llamar –también- la atención de mi ahora supervisora, cosa que conseguí a medias. Me acerqué de a pocos y mientras eso pasaba ambas féminas se desviaban de mi saludo rochosamente. Cuando menos pensé, ellas se habían unido al coro repelente del: “Hola, amigo” con otros individuos y yo quedé –como diría mi estimada Nelly Furtado- con las manos al aire. Ese es el primer vestigio que tengo de mi protagonista de hoy.

Neli, es una de esas personas que ni bien ves te agrada, pero a la vez, piensas, -y de manera muy prejuiciosa – que es de las que no te responderá el saludo o que (quizás) te dejará hablando solo. Craso error. Eso le pasó al fulano que está escribiendo y a muchos más –según me contó ella-, pero tienes que tratar a la Srta. Coz para saber que estás equivocado. Es muy buena onda. Ella tiene algo, no sé, algunos le dicen a ese “algo”: ángel (con una mirada un poco desafiante, pero ángel al fin).

Me ha pasado que estoy de lo más apocado por cosas enredadas, sin sentido, cuando de repente al caer en una cháchara con ella se me pasa el mal ánimo y ni cuenta me doy. “Efecto Neli” le he puesto a dicha ¿terapia? (…) Cómo olvidar eso. Ni hablar. Ese método se limita a hablar de un tema y terminar charlando de otro que nada tiene que ver con el primero. Resultado: confusión y risas.

A ella rara vez la he sentido dudar. Ella está tan segura de lo que argumenta que puede arrastrarte sutilmente en sus palabras y gestos hasta terminar por convencerte. Ella, sin querer queriendo, puede alegrarte una pusilanimidad crónica, así –sin conocerla bien-, regalándote una luminosa sonrisa, puede convertir tu día gris a uno dorado intenso. Esto no es prosa ni verso, es la pura verdad, sino, que lo diga un tal “A” o un desconocido del bus o quizás un “talibán” (con explosivos inmaduros incluidos) o yo mismo. It’s true.

A veces me he quejado de mis rebeldías de chibolo, de las limitaciones con las que me crie y jamás pensé en la “chiquititud” de los demás. Si hablamos de infancias, ninguna como la suya. Ella la ha vivido dura, de aquí para allá, con escapadas kilométricas siendo muy niña aún, con lágrimas corajudas por momentos lacerantes, lateando trechos bastante largos, con actitudes bastante cuerdas para su edad de ese entonces. Pero todo eso sirvió para moldear, darle forma a esa personalidad que la hacen una mujer con mentalidad bastante madura, una personita de 26 –casi 27- años con peculiaridad de mucho más edad, sin embargo, con fisionomía de mucho menos. Juega con las antípodas de mentalidad y apariencia sin ningún problema.

“Nelic” es mística y la vez graciosa. Gracia que se puede confundir con seriedad al abrir tanto los ojos que uno no sabe si los rasga porque está emocionada o porque con una mirada te puede decir –con sigilo- que está molesta. Así de expresiva es. Esto es tan cierto como que las segundas letras de sus nombres y apellidos son vocales (e, a, o y e). O ¿no?

Esta comunicadora con matices de psicóloga, si se lo propone –y no se queda dormida- puede llegar lejos. No la imagino en el lugar en el que está toda la vida, pero tiene que apresurarse, pues, time is not long (lo puse en inglés, y sé que va a renegar). Así que, espero que la futura líder esté solo dormida y despierte lo más rápido posible. What are you waiting for, Miss Neli? Sé que lo logrará porque nada le falta -quizás aprender a escuchar y no olvidar lo que algunos buenamente le decimos es algo en lo que flaquea, pero nada más-. Si oye con la misma atención con la que escuchamos sus dulces registros vocales, sería excelente.

Como puse arriba, no suelo escribir de gente que no me parece interesante. Siento que recurrí a entretenerme tecleando parte de su mundo. Ojalá no reciba un “2” como nota a cambio. Ahora sí te hablo a ti, Neli Coz: talento te sobra, pero de vez en cuando tienes que darte un “electroshock” para reanimar tus ganas de no estancarte. Use your talent, pretty woman.




*Algún tiempo atrás pensé en escribirle... (Sorry por el clip pixeleadazo).

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